"Innovación es poner el conocimiento en el mercado"
Desde hace 30 años el IRTA (Institut de Recerca i Tecnologies Agroalimentàries) promueve la investigación y la innovación en el sector alimentario. Su director general lo tiene claro: ciencia y calidad deben ir al unísono para conseguir resultados competitivos. Los que día a día sitúan a la industria alimentaria como el motor económico que es y donde se hace tan necesaria la colaboración entre empresas, centros tecnológicos y asociaciones para ganar posiciones en un entorno cambiante y global.
"Contribuir a la modernización, competitividad y desarrollo sostenible del sector, suministrando alimentos sanos y de calidad". No tienen ante sí una tarea fácil.
No, no es fácil, aunque en el IRTA abordamos estos temas como retos o desafíos, más que como una tarea, por lo que podría suponer de rutinario, y a través de los cuales ponemos al servicio del sector y de la sociedad toda nuestra capacidad investigadora para generar soluciones.
Con este propósito nació el IRTA, en 1985, y nuestra estructura de 10 centros repartidos en 23 ubicaciones por todo el territorio catalán nos permite estar cerca del sector, allí donde cada producción o industria es prevalente, permitiéndonos un diálogo y un conocimiento cercano a la realidad.
Hablando de alimentación, ¿Lo innovador y lo saludable son compatibles?
Cada vez más. Cuando un nuevo producto sale al mercado, además de todo el proceso que supone la innovación, ha sido sometido a una serie de controles y ensayos previos para acreditar no sólo su eficacia o composición, sino también su salubridad y seguridad para los consumidores. Hoy en día no puede existir en el mercado ningún alimento no saludable. Es el uso o abuso que hagamos de éste, y cómo lo combinemos y preparemos en el contexto de una dieta, lo que lo convertirá en más o menos saludable.
Se hace difícil pensar en investigación e innovación alimentarias sin traer a colación al IRTA. ¿Cuáles son actualmente sus principales líneas de trabajo?
Muchas y variadas. En 2013, realizamos 289 proyectos de investigación, 585 contratos con empresas e instituciones y un total de 1.104 actividades.
Además de nuestro trabajo dirigido a la industria alimentaria también somos muy activos en la producción primaria y en el ámbito medioambiental, y ello tiene que ver también con nueva maquinaria. Por ejemplo, en el programa de Fruticultura, y tras más de 15 años de selección y mejora, estamos ya lanzando al mercado variedades propias de melocotones, nectarinas, paraguayos, manzanas y peras que no solamente están adaptadas a nuestras condiciones climáticas y que han sido seleccionadas por su gusto, primando así el interés del consumidor, sino que su cultivo obedece a criterios de intensificación, sostenibilidad y mecanización total. Y ello lo hacemos de la mano del sector, compartiendo riesgos y basándonos en una colaboración real público-privada.
¿Y su principal proyecto en tecnología e innovación para la industria alimentaria?
Uno de los más importantes que estamos llevando a cabo es el ENTHALPY, con el que se pretende habilitar un proceso de secado eficiente para la obtención de leche en polvo que permita un ahorro de energía del 60% y del 15% en agua. Algunas de las tecnologías que se aplicarán en este proyecto europeo son la inyección por atomización y la membrana por destilación, la ósmosis inversa, el calentamiento por radiofrecuencias y los detergentes enzimáticos. Y gracias a la colaboración público-privada con la empresa ORDESA.
¿Cuáles son las innovaciones y mejoras tecnológicas más destacadas que se han experimentado últimamente en maquinaria y tecnología para la industria alimentaria?
Hay otros proyectos de gran calado. El que quizás ha representado la mayor innovación de ruptura en el sector de los embutidos curados, que hemos ejecutado conjuntamente con METALQUIMIA y CASADEMONT es el proceso QDS (Quick Dry System). Aunque no hay que olvidar nuestra contribución a la mejora de los sistemas de pos cosecha de frutas y hortalizas en cámaras dinámicas, o el diseño de secaderos dinámicos que reducen un 30% el consumo energético, así como los sistemas de recircularización y control del agua para acuicultura en tanque.
¿Qué papel juega la industria de maquinaria y tecnología alimentaria en la competitividad del sector alimentario español?
Absolutamente clave, ya que sin ella sería no ya imposible, sino inimaginable alcanzar las cuotas de producción y rentabilidad en las empresas que les permitiera competir, como mínimo, en igualdad de condiciones en los mercados. Ser una potencia mundial en la industria agroalimentaria implica, necesariamente, disponer de maquinarias y tecnologías punteras que permitan elaborar productos de forma eficiente, al menor coste y con elevados márgenes de calidad y de seguridad alimentaria.
Además la industria de la maquinaria juega un papel crucial en la transmisión del conocimiento y la incorporación de innovación en las empresas.
Usted dice que a la industria alimentaria hay que ponerle las cosas fáciles para que continúe siendo dinámica ¿Se reafirma?
Efectivamente. Llevamos 7 años de durísima crisis económico-financiera y en ese dificilísimo entorno la industria alimentaria ha sabido resistir, en algunos casos incluso crecer, mantener los puestos de trabajo, aumentar su competitividad en los mercados exteriores, y en definitiva se ha visualizado como lo que siempre ha sido, la columna vertebral de nuestro PIB.
Con una contracción del mercado interior, lo dicho anteriormente ha sido posible gracias a la internacionalización. Si queremos mantener el gran impulso que han tomado nuestras empresas en un entorno cada vez mas competitivo hay que ponérselo fácil desde aquí. Insisto, son la columna vertebral de nuestro PIB y consecuentemente pieza fundamental para mantener nuestro estado del bienestar.
Tenemos noticia de frutas congeladas que se conservan años ¿La tecnología alimentaria ha superado la barrera del tiempo?
Cada vez más, y no solamente va superando la barrera del tiempo, sino que se adapta a los cambios de tendencias y preferencias de los consumidores, que se suceden a gran velocidad, gracias a su dinamismo y capacidad innovadora. Su tiempo de reacción es también un factor importantísimo de competitividad.
Por ejemplo, ante frutas congeladas que se conservan años como si fuesen frescas, manzanas con más de un año de conservación, zumos y compotas frescas que tienen meses de caducidad y carne fresca que se comercializa con 3 y 4 meses de logística, cabe preguntarse: ¿Dónde queda el concepto de fresco?
¿Cómo transferir la innovación del laboratorio a las neveras?
Con la complicidad de las empresas y compartiendo riesgos. En el IRTA no hacemos solamente I+D+i, sino que en colaboración con las empresas acompañamos muchas de nuestras innovaciones al mercado. Lo hacemos a través de la creación de empresas de base tecnológica, licenciando el conocimiento a riesgo compartido, participando en proyectos conjuntos, etc. Las empresas son nuestros clientes, pero también queremos que sean nuestros socios. Mejor dicho, queremos que nos contemplen como sus socios. Ir de su brazo y del de sus asociaciones.
En España, el IRTA promueve el cooperativismo tecnológico entre centros consorciados que trabajan conjuntamente en I+D. ¿También actúa así en el ámbito internacional? ¿Cuáles son sus líneas de trabajo en el exterior?
De los 289 proyectos de investigación que realizamos en 2013, 128 fueron de ámbito europeo, llevados a cabo en colaboración con los principales países y centros de investigación del continente. Latinoamérica también es una región estratégica para nosotros, con la que tenemos grandes acuerdos con los más prestigiosos centros de investigación, universidades y grandes empresas. Es el caso de Chile, Uruguay y Colombia. En Nueva Zelanda, contamos con un partner, Plant & Food, un centro de investigación parecido al IRTA, pero en las antípodas. Y en Norteamérica nos une una larga tradición en investigación con la Universidad de California.
¿Cómo valora la colaboración entre IRTA y Bta.? ¿Cuáles son los principales frutos de esta relación?
Desde sus orígenes, la colaboración con BTA ha sido inmejorable, siempre nos hemos sentido copartícipes de muchas de sus decisiones. Hemos ayudado en la reflexión y el diseño de nuevos formatos para promover la innovación en las empresas. Y, ciertamente, nos consideramos el socio tecnológico de Bta.
Estoy convencido de que los participantes del salón han ido comprobando en cada edición como se han ido mejorando los formatos relativos a las sesiones de transferencia, y a la divulgación de la oferta tecnológica desde los centros de investigación y tecnológicos.
Nacen los premios Bta Innova de los que IRTA forma parte. ¿Qué valor tienen estos galardones y cuáles son sus objetivos?
En Bta. 2015 vamos a promover la innovación entre las empresas expositoras. Los premios Bta Innova, además de dar valor al salón, serán un elemento de dinamización e identificación de lo que, a juicio de un jurado profesional e independiente, sean las mejores innovaciones que se expongan en el salón. Pondrán de relieve que el sector de la maquinaria alimentaria es muy innovador, con innovaciones incrementales y otras, las menos, disruptivas; pero las hay y muchas.
¿Qué retos de futuro se plantea el IRTA a corto y medio plazo?
Nuestro principal objetivo es ser cada día mas competitivos y ello pasa, indefectiblemente, por hacer una investigación orientada a los retos fundamentales de nuestro país con resultados competitivos, es decir de calidad. Si hacemos ciencia de calidad, podremos hacer innovación de calidad. Fíjese, innovación es poner el conocimiento en el mercado y para que triunfe en él entre otras condiciones ha de ser de calidad.
Paralelamente, perseguimos aumentar la internacionalización de nuestras actividades. La investigación agroalimentaria precisa, cada vez más, de la colaboración entre instituciones especializadas de todo el mundo. Muchos de los grandes retos que tenemos formulados son de orden global, y muchas de las amenazas que hemos identificado ya han sido estudiadas en otras latitudes. Sin olvidar que disponer de socios de reconocido prestigio internacional ayuda a abrir mercados.
¿A qué desafíos se enfrentan hoy las empresas españolas fabricantes de maquinaria y tecnología para la industria alimentaria?
Los retos y desafíos son casi infinitos. Depende de querer y saber identificarlos o formularlos. La innovación es fruto de la creatividad y del conocimiento. Y en muchas ocasiones vienen sugeridos por las necesidades del propio mercado y del consumidor. Nuestras empresas tienen capacidad demostrada para ser innovadoras y competitivas a escala mundial. Nosotros nos ofrecemos como su socio tecnológico y su compañero de innovación.