Josep Lluís Bonet, presidente de Fira de Barcelona, del salón  y de la compañía Freixenet, preside desde el año pasado la Cámara de Comercio de España. Conocedor del tejido empresarial y de la coyuntura económica, augura que para España 2015 será un buen año y es optimista respecto a la mejora de la financiación. Bonet confía en la base competitiva de la industria española, en especial del sector alimentario, y aboga por la internacionalización como objetivo prioritario para el país.

- La mayoría de indicadores apuntan a un repunte de la economía española. ¿Podemos afirmar que la crisis ha terminado?
Se ha superado la recesión y podemos decir que se ha iniciado la recuperación económica. No obstante, tenemos que ser conscientes de que la crisis todavía continúa porque existe una tasa de paro que no es admisible.

- Usted augura que 2015 será el año de consolidación de la recuperación. ¿Por qué motivos?
La recuperación ya se inició en 2014 y se fortalecerá aún más en 2015, porque el consumo interno ha despegado, el sector del turismo tiene muy buenas expectativas y las exportaciones están avanzando. Además, el petróleo ha bajado el precio y el cambio del euro respecto al dólar se ha colocado en una situación mejor. Todo esto nos indica que tenemos el viento a favor. También se están  produciendo varios estímulos desde la política. Me estoy refiriendo al Plan Juncker y al Plan Dragui, que representa un importante apoyo monetario del Banco Central Europeo.

- ¿Cuál es el nivel de internacionalización de la industria española? ¿Es suficiente?
No es suficiente. Después de la crisis, la propia industria tiene que pasar por un proceso de reindustrialización. La crisis ha afectado el objetivo planteado de que el 20 % del PIB español vuelva a ser de la industria. No obstante, se está trabajando en este sentido y la exportación será determinante si queremos llegar al objetivo marcado.

- ¿Cómo están cambiando los destinos de las ventas exteriores de España?
En realidad, las exportaciones en general han progresado y se ha diversificado su base, aunque en Europa todavía existe una excesiva concentración de las ventas exteriores hacia determinadas áreas. Sin duda, las exportaciones deben aumentar, existen muchas posibilidades en Iberoamérica, pero también deberían expandirse hacia Estados Unidos, Asia y, por qué no, África.

- ¿Qué oportunidades brinda el mercado español a las empresas o inversores extranjeros?
En este momento es un país que aparte de tener una seguridad jurídica respetable juega en la línea de los países más avanzados del mundo. Como consecuencia de la crisis, en España se han ofrecido oportunidades de precios muy asequibles, pero superar esta situación también nos ha hecho más competitivos. Por supuesto, todo esto gracias a una base de una fuerte competitividad de la economía española, muy clara en el sector alimentario.

- La internacionalización ha sido uno de los principales aliados para luchar contra la crisis, pero ahora hace falta reactivar la demanda interna. ¿Cómo se está estimulando?
Ha empezado ya a reactivarse desde que se ha recuperado la confianza. El impulso del consumo interno es bastante potente desde finales de 2014. Todas las medidas de estímulo que se están realizando son buenas, como por ejemplo, el Plan Pive en el sector del automóvil.

- El sector español de la alimentación y las bebidas ha resistido la recesión. ¿En qué punto se encuentra y qué retos tiene por delante?
Está muy claro que ha resistido bastante bien la recesión, con dificultades, pero la ha superado. Es el primer sector industrial de España, es competitivo y su reto fundamental está en el posicionamiento en el mundo. Un camino que ya ha empezado pero que debe potenciarse en el futuro.
La exportación es muy importante. En este sentido, la venta exterior de graneles tiene que ser sustituida por la de productos con marca. En España, existe todavía un complejo que hace que no valoremos nuestros productos que son excelentes. Estamos vendiendo demasiado barato para los productos que estamos ofreciendo.

- ¿Las compañías grandes están mejor preparadas para la recuperación?
Sí, las grandes o medianas están mejor preparadas pero esto no quiero decir que las pequeñas no puedan crecer. El gran problema de la economía española es la falta de dimensión y esto se soluciona aplicando las tres T: Trabajo, Tenacidad y Talento.

- Y las pymes, ¿En qué situación se encuentran después de la crisis?
Están en la situación del que ha pasado un trago muy dudo, pero han aprendido bien la lección de la necesidad de adquirir una dimensión internacional. Esto brinda una gran oportunidad para la mayor parte del tejido industrial español.

- El sector de la maquinaria y tecnología para la industria alimentaria implica una inversión. ¿Las empresas tienen la capacidad de invertir o buscar crédito?
El tema de la financiación ha mejorado considerablemente en los últimos meses. Medidas como el plan Dragui contribuirá a mejorarla y esto puede ayudar mucho a mejorar la competitividad de las empresas.

- Muchas de estas compañías ya están vendiendo a nivel internacional ¿Es necesario fortalecer está apuesta por los mercados exteriores?
Absolutamente. Estamos en un país donde la globalización ha llegado tarde y la internacionalización se tiene que producir rápidamente. Es un objetivo prioritario para el país.

- Bta. Barcelona Tecnologías de la Alimentación tiene la internacionalización, la tecnología y la innovación como ejes estratégicos. ¿Cómo valora las buenas expectativas de cara a la celebración del salón?
Tengo el honor de ser presidente de Fira de Barcelona y puedo afirmar que todos nuestros salones industriales o profesionales están repuntando. Esto es un símbolo  de la recuperación, y va por el camino de ir a más. Las expectativas de Bta. son excelentes y más con los objetivos puestos en la internacionalización, la innovación y la apuesta por la tecnología.